Partido de los muchos que nos esperan de aquí a final de temporada, en el que Espanyol y Alavés, tras sufrir dolorosas derrotas en la intersemanal, nos regalaron un duelo sin exponer y sin riesgos. Marcado por una primera parte sin ocasiones, en la que sólo brillaron a nivel personal Marcos Llorente y Jurado, por parte de cada equipo.
En este marco de juego sólo una acción aislada podía romper la monotonía. Y así fue, con un balón parado de Víctor Sánchez, peinado con cierta fortuna por David López, que aprovecharía Piatti para dar ventaja a los suyos.
Esperábamos que el gol sirviera de acicate al Glorioso para ver algo más. Pellegrino no supo reaccionar desde el banquillo y su equipo lo acusó con más de lo mismo. Sí lo hizo Quique, aprovechando la pasividad visitante para dar minutos de calidad a Leo Baptistao, que tuvo un retorno esperazandor, rozando el gol hasta en dos ocasiones.
Lo mejor:
El nivel de Leo Baptistao, fresco de piernas y con las ideas claras en ataque. En Leganés debe volver a la titularidad.
Lo peor:
El conformismo de Pellegrino, que no dio marcha atrás en su planteamiento, pese a que tuvo opciones agitar el encuentro.