Comenzó eléctrico el partido con una internada de Jurado que cruzó en exceso el balón ante la salida de Ter Stegen. Primero minutos con un Espanyol que salió valiente al campo, con presión alta que impedía claridad en el juego del Barcelona.
Pero de la mano de Messi y sobre todo de Busquets, el Barcelona comenzó a sentirse más cómodo en el campo. Aún así, parecía que se jugaba más a lo que quería Quique Sanchez Flores que a lo que quería Luis Enrique. El Barcelona tenía más control de balón, pero el Espanyol estaba muy bien plantado en el campo y no concedía ocasiones claras.
La segunda parte cambió el partido, un Barsa que comenzó a presionar mucho más arriba, y fruto de esa presión y de un error de Jurado, llegó el gol de Luis Suarez que rompía el encuentro. Quique movía el banquillo y daba entrada a Baptistao y Hernán Perez intentando dar más poder ofensivo al equipo perico.
En el minuto 76, Messi condujo un balón hasta asistir a un Rakitic que dio tranquilidad al Barsa. Un Barsa que cerró el partido en el 87 tras un error de Aaron con el doblete de Luis Suarez.
Lo mejor:
La cantidad de balones recuperados por el medio campo barcelonés, sobre todo por parte de Busquets que fue dueño y señor del medio campo.
Lo peor:
La falta de ideas tras el gol encajado por parte del Espanyol y el propio error del que vino el gol de Suarez que rompió el partido.
