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Victoria contundente del Submarino Amarillo ante el Celta en El Madrigal. El equipo local muy ordenado y veloz sacó a la luz los defectos de la poca intensidad inicial en el juego combinativo del Celta.
Primera parte con claro dominio del Villarreal. El primer y segundo gol llegarían antes de la media hora; primero con una buenísima asistencia de Trigueros al hueco que aprovecha Roberto Soriano para convertir ante Sergio. Brutal movimiento previo de Sansone para habilitar ese hueco. El segundo llegaría minutos después tras un mal despeje de Sergio a pase de Sisto que convierte de nuevo Roberto Soriano desde fuera del área ante la mala colocación del portero. Cuando mejor jugaba el Celta, y parecía que podía meterse en el partido, una pérdida de Orellana en medio campo propicia una contra llevada por Sansone y que finaliza Bakambu tras irse por potencia de la defensa celeste. Empanada gallega.
El Celta parecía salir con ganas en la segunda parte, pero en breves minutos a la salida de un córner Daniel Wass introduce involuntariamente el balón en propia puerta tras un rechace. Tras este 4-0 el Celta se vino abajo y Berizzo empezó a reservar gente para los partidos contra el Ajax y Deportivo sustituyendo a Sisto, Aspas y Wass. Escribá realizó lo propio con Bakambu, Sansone y Bruno, que completo un gran encuentro. Cuando parecía que todo se iba a terminar, un arrancada de Mario Gaspar sin oposición de Jonny termina en un centro que remata Pato al palo y que convierte tras el rechace Trigueros para el 5.
El conjunto de Escribá que prácticamente metió todo que tiró. Muy ordenados, con las ideas claras y que fue desde el minuto 1 a por el partido.
El Celta. Mala intensidad y muy poca concentración. El pivote Radoja-Wass ya hizo aguas contra el Leganés en la jornada 1. Defensivamente justos y ofensivamente desaparecidos.