¿Cuántas veces habéis oído esta semana que André Silva ya ha marcado más goles en La Liga que en los 24 partidos que disputó en la Serie A? Seguro que muchas. La cuestión, en todo caso, es que ambos datos son prácticamente igual de insostenibles.
André Silva es un delantero con gol. Un goleador con fundamentos que maneja tanto los desmarques cortos, atacando los espacios entre centrales y, sobre todo, entre centrales y laterales en el primer palo, como los tiempos de la definición. A un toque o tras control, André Silva demuestra capacidad y vocación en cada acción de área. No es normal, por tanto, que únicamente pudiese marcar dos goles en un equipo como el Milan.
Un delantero que brilla con más jugadores
Sin embargo, André Silva no es autosuficiente. No puede marcar goles por sí mismo. Es un futbolista con mucho más juego de espaldas que de cara fuera del área. Ni tiene una velocidad determinante ni siente el desmarque de ruptura como propio. Es decir, durante el partido, André Silva pasa más tiempo mirando a su portero que al rival. De ahí que, por mucho que sea un goleador, necesite del resto para demostrarlo.
En Milan no encontró este tipo de futbolistas que, desde luego, sí va a tener en el Sánchez Pizjuán. La idea de Machín, como siempre, es la de juntar hombres por dentro para descargar hacia fuera y desde ahí meter balones al área de calidad. La actuación de Jesús Navas fue destacadísima en Vallecas por su nivel, pero también por el contexto que afrontó: siempre con espacio para correr y para desbordar a un único rival. Jugando a ese ritmo y con esa intención, va a ser habitual ver cómo Sarabia, Franco Vázquez, Escudero, Jesús Navas o incluso Ever Banega llegan al pico del área o a línea de fondo para buscar en el punto de penalti a André Silva.
Prototipo para la veintena de goles
Hasta su llegada, el Sevilla no tenía un jugador así. Por eso este matrimonio, quizás iniciado por conveniencia, puede acabar con final feliz. Porque además el portugués es un tipo de delantero que devuelve todo lo que le dan, y no sólo con goles. Él también es un habilitador, como demostró formando pareja con Cristiano Ronaldo en su selección. Es esa clase de delantero que da un paso atrás para que su equipo de dos pasos adelante.
Lo vimos durante la primera media hora en Vallecas. Su capacidad para venir a los apoyos y permitir que Banega, Roque Mesa, Franco Vázquez o los carrileros subieran un escalón fue absolutamente devastadora para un Rayo Vallecano que no sabía por dónde le llegaban. Por todo esto le ha fichado Pablo Machín, por todo esto el Sevilla es mejor con André Silva y por todo esto parece bastante probable que el portugués se acerque a la veintena de goles.
