Y en dos días, Soldado se rompió el cruzado y Marcelino fue destituido. A partir de aquí convendría reescribir de nuevo cualquier letra anterior. En un verano no demasiado cruel en salidas (Denis Suárez, Areola y Bailly) todo se fue al garete en el Madrigal y en estas llega Fran Escribá para tratar de deshacer el entuerto. No nos conmovió especialmente ni en Elche ni en Getafe, habrá que ver si aprovecha una oportunidad que ya no se esperaba ni el.
Una vez dadas las circunstancias no hay una mayor necesidad para el Submarino que la de recuperar sensaciones. Fran Escribá, sin periodo de adaptación, se enfrentará a una dura eliminatoria de Champions League contra el Mónaco y de un inicio importante en la competición liguera. Además, cuenta con la dificultad de no contar con efectivos irremplazables como Bakambú, Víctor Ruíz, Cheryshev y Soldado y aclimatar a hombres nuevos en LaLiga: especialmente Alexandre Pato y los italianos Roberto Soriano y Sansone.
Con Marcelino como entrenador, habríamos centrado este análisis en saber cómo se adaptarían los nuevos fichajes y cómo sería capaz el Villarreal de compatibilizar Champions con LaLiga. Pero una vez saltada la bomba y con Escribá como responsable de los designios del Submarino, las miradas se centran en un cambio que no se preveía y que deja dudas ante la temporada más importante en años.
No tenemos demasiadas referencias de Sansone y Roberto Soriano, las grandes apuestas del equipo presidido por Roig. En el recuerdo quedan jugadores diferenciales en el Calcio, como es el caso de Alessio Cerci, que nunca terminaron de integrarse a nuestra competición. La ambición es máxima. Por otro lado, confianza en un viejo conocido como Denis Cheryshev, la hermosa apuesta por Pato y la seguridad de clásicos como Andrés Fernández, Ndiaye o José Ángel.
El ruso firmó hace dos temporadas una temporada excepcional en el Madrigal. A partir de ahí, cayó en un pozo con el caso Copa del Rey en Cádiz y cesión marcada por las lesiones en Valencia. Vuelve a donde fue más feliz. Y su objetivo no es otro que recuperar el tiempo perdido. Sin Soldado en la órbita, debe ser el jugador diferencial para Fran Escribá.
Del ex milanista se dice que su carrera comenzó antes de tiempo. Con apenas 27 años es todo un veterano. Quiere relanzar su carrera en Europa, donde triunfó en Milán y fracasó en Londres con el Chelsea. Después de un periplo esperanzador en el Corinthians quiere seguir la senda de otros grandes como Riquelme que encontraron en el Madrigal su último refugio.
El capitán volverá a enfundarse el hábito de especialista desde los once metros. Sorprende ese estatus en un mediocentro de corte defensivo, pero su efectividad desde la pena máxima es la mayor de las garantías para el Submarino Amarillo.
Asenjo; Mario Gaspar, Musacchio, Víctor Ruíz, Jaume Costa; Bruno Soriano, Ndiaye, Roberto Soriano; Cheryshev, Pato, Bakambú.