Tras no haber formado parte de la convocatoria del pasado partido, el cual era muy importante para el Granada CF, las dudas con Carcela se disipan. Qué es mejor, ¿venderlo o mantenerlo? Antes de responder a esta pregunta, vamos a analizar a través de un semáforo los pros y contras de tener al extremo marroquí en su plantilla.
Verde
La luz verde del compañero de selección del máximo goleador histórico del Granada (El Arabi) es su calidad. El ex del Benfica es el jugador de más quilates del equipo y lo tiene que demostrar. El conjunto nazarí desembolsó por él 2,5 millones de euros con lo cual tiene el deber de rendir al nivel de su traspaso.
Conclusión: El atacante rojiblanco está llamado a ser la estrella del equipo. Su clase con el esférico le atesora así que terminará, tarde o temprano, jugando.
Ámbar
La irrupción de Cuenca. El jugador catalán ha demostrado en los dos partidos al mando de Lucas Alcaraz que tiene nivel y sobre todo ganas de poder formar parte de los onces del nuevo técnico. Contra el Atlético anotó un auténtico golazo y frente al Sporting, fue el jugador que controló los tiempos y logró llegar con más peligro durante la primera parte del encuentro.
Conclusión: Carcela no puede vivir de rentas. Con Jémez hizo grandes partidos pero con Alcaraz, el extremo que ha deslumbrado ha sido Isaac Cuenca. Competencia para el marroquí.
Rojo
El extremo con padres españoles pero con la nacionalidad marroquí es bastante indisciplinado. Según medios locales, el granadinista no rinde adecuadamente en los entrenamientos, hecho que aprovecha Cuenca para ganarse el puesto.
Conclusión: El ego de estrella le está pasando factura a Carcela. El jugador no entrena bien y el míster no se anda con tonterías. O se esfuerza o su suplencia se convertirá en algo usual.
Ahora sí, qué es mejor, ¿mantenerlo o venderlo? Lo cierto es que por el precio de Mehdi Carcela se encuentran centrocampistas que obtienen buenas puntuaciones y son más regulares que él. Si lo tienes aguántalo, pero si por el contrario estabas pensando en ficharle, no lo hagas.
