Son malos tiempos para todos. Con LaLiga suspendida, el fantasy queda relegado a los movimientos de mercado. Pero no todo es Biwenger, Comunio, Mister y Futmondo. Sin la necesidad de olvidarnos y descuidar nuestros equipos, por si el fútbol pudiese reanudarse pronto, debemos buscar una alternativa eficaz que pueda entretenernos ante tantos días de confinamiento: el Football Manager 2020.
¿Qué es el FM2020?
El Football Manager es un simulador de fútbol con una larga trayectoria a sus espaldas. Es una opción diferente cuyo punto fuerte, al contrario de otros como el FIFA o el Pro Evolution Soccer, no es tanto la jugabilidad de los partidos sino todo lo demás.
Se trata de controlar todos los aspectos de la gestión deportiva de un club. Ponerse el traje del que vendría a ser el director técnico y entrenador de un equipo con unos poderes prácticamente totales. Hay que diseñar los entrenamientos, confeccionar la plantilla, solventar los problemas de los jugadores, desarrollar la táctica…
¿Por qué merece la pena?
Cabe destacar que implica un número de horas que, en circunstancias normales, quizás no tengamos a nuestra disposición. Pero en esta situación de alarma y de excepción, lograr trasladar nuestra mente a un mundo virtual resulta la mejor idea de todas. Desconectar por un tiempo para ‘olvidar’ los efectos del COVID-19.
El FM es también una Big Data que es usada también por los scoutings de clubes reales. Existe la figura del research, que son aficionados o empleados que hacen la base de datos con todos los detalles precisos. Es decir, la del Dinamo de Bucarest la configura un seguidor local. Y así ocurre con todos los equipos.
Aunque el juego cuenta con una simulación 3D, como se ha explicado, lo mejor es todo lo demás. Y es que podemos encontrar incluso divisiones que nunca hubiésemos imaginado. Si bien de forma predeterminada están las categorías profesionales, hay quienes se encargan de crear parches de Tercera o regional.
Hay casos reales de partidas con hasta 100 temporadas. Porque uno empieza en un equipo y puede ser despedido para desembarcar en otro. Y así. Desde el lugar más humilde hasta la élite. Hacer de una entidad de barrio la gran sensación del momento. Porque en estos tiempos que corren, soñar es complicado.
