Levante y Espanyol se enfrentaban en el Ciutat de Valencia en el encuentro correspondiente a la Jornada 27. Una nueva final por la salvación para los granotas; ahora ya sin ningún tipo de colchón con respecto al equipo que marca el descenso: La UD Las Palmas. Por su parte, el conjunto perico afrontaba este encuentro con la tranquilidad de estar a 11 puntos del descenso y con la ilusión de acercarse a la pugna por la séptima plaza. Morales y Baptistao fueron los goleadores del encuentro.
El Levante mostró una buena imagen en un partido que estuvo muy igualado; en el que tuvo ocasiones para llevarse el partido. La pareja Sadiku–Pazzini no funcionó. Morales con su gol adelantó a los granotas; aunque no fue suficiente para conseguir los tres puntos.
Por el contrario, el RCD Espanyol planteó un partido de bajo ritmo en el que trató de medir sus fuerzas. A través de la posesión trató de madurar el partido. Un error de Marc Navarro, que hace un penalti innecesario, casi le cuesta el partido a su equipo. Leo Baptistao salvó un punto en el descuento que maquilló el error de su compañero.
El AS: Baptistao (♠♠)
Salvó el empate en el descuento con un gran remate dentro del área. Generó bastante peligro en el primer tiempo, aunque en el segundo estuvo desaparecido hasta el gol. El gol el vale los 9 puntos.
El Joker: Morales (♠♠)
El Comandante convirtió el penalti que supuso el 1-0. Su gol casi vale los tres puntos. Además cuajó un buen encuentro, estuvo participativo, jugó con criterio y fue de lo más destacado del Levante. Aguantó sobre el terreno de juego 20 minutos lesionado.
Carta Alta: Cabaco (♠♠)
El zaguero uruguayo cuajó una gran actuación. Muy seguro atrás, fuerte al corte y atento a las ayudas. Evito que los arietes pericos estuvieran cómodos en el partido.
El Farol: Gerard Moreno (♠)
El goleador perico no tuvo su mejor dia. Fue incapaz de batir a Oier y apenas le generó peligro al meta guipuzkoano.
Malas Cartas: Marc Navarro (♠)
Hizo un penalti innecesario que le salió muy caro a su equipo. Cuajó un encuentro muy discreto en el que probó suerte de cara a puerta demasiadas veces. Todas ellas sin exito.
