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Lo que podría haber sido una tarde maravillosa para Osasuna si Roberto Torres hubiera metido el penalti, se convirtió en otra pesadilla que los hunde aún más en el fondo de la clasificación. Sin embargo el equipo rojillo no fue menor que su rival y aunque sin puntos, el equipo de Caparros ha dejado una muy buena imagen. El Atléti en cambio, sin jugar un brillante partido, se llevó los tres puntos de El Sadar gracias a dos acciones seguidas en el primer tiempo y un gol en el último minuto.
Osasuna peleó y dominó durante buena parte del primer tiempo, y fruto de ello llegó el penalti cometido por Giménez sobre Oriol Riera en el minuto 14. Roberto Torres ejecutó y Oblak paró como hace tiempo que no se le veía. A partir de ahí, el Atléti creció bajo la batuta de un enorme Tiago y llegaron los dos primeros goles: el primero de cabeza obra de Godin tras un corner y el segundo tras un robo de balón de Correa quien asistió a Gameiro para que definiera ante Nauzet.
La segunda parte fue mucho mas disputada si cabe, con más juego en el centro del campo que en las áreas y donde pudimos apreciar mucho sacrificio defensivo por ambos equipos. En el último minuto, un error de la defensa de Osasuna lo aprovechó Carrasco para poner el 0-3 definitivo.
La exhibición táctica de Tiago siendo la brújula del Atléti, y la parada de Oblak al penalti todavía con 0-0 en el marcador.
El fallo de Roberto Torres en el penalti que podría haber cambiado el partido.