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Athletic – Sevilla, un clásico de La Liga. Partidos de puro nervio, calientes y muy igualados. Los 3 puntos se quedaron en Bilbao, respiro y dinámica positiva para el nuevo Athletic de Garitano. El Sevilla suma su primera derrota en Liga tras 9 partidos consecutivos sumando.
Los leones salieron eléctricos contagiados por la muchedumbre de San Mamés. Los de Machín se mantenían replegados y serios atrás esperando su oportunidad acercándose de puntillas pero con el cuchillo entre los dientes. Fue en una recuperación en su campo y la conexión rápida con Iñaki Williams la que inauguró el marcador. Destacable el trabajo del punta durante la primera parte, moviendo de lado a lado a los centrales y superando las espaldas de los laterales.
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El joven delantero bilbaíno no marcaba en su estadio en un partido de Liga desde 2016. Ante el Sevilla fue el gran protagonista, volvió loco al tridente defensivo rival y abrió el marcador con un gol que lleva su firma. El segundo también con su sello puso en pie a la grada y al fútbol.
Una mosca cojonera la de Yuri Berchiche. Eso tuvo que pensar Jesús Navas. Fue su sombra e impidió que el palaciego exhibiera su show. También muy acertado a la hora de sumarse al ataque.
El extremo holandés fue una de las gratas sorpresas de la segunda parte. Fue el único capaz de inquietar la portería bilbaína. Ni André, ni Sarabia ni Ben Yedder durante 90 minutos fueron capaces de hacer titubear a Iago Herrerín. Quincy Promes tuvo dos ocasiones que pudieron haber cambiado el signo del marcador.
Anulado por los hombres de Garitano. No estuvo cómodo en muchas fases del partido. Sin espacios cuando recibía, la creación y el peligro no tenían su huella. Esto empujó a que Ben Yedder y André Silva acabaran como naúfragos en área rival.
No encontró su hueco en el partido. Junto a André Silva esperaba balones que no llegaban y parte de culpa la tenía la gran actuación de los centrales leones. Esta vez el francotunecino no pudo salvar los muebles.