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Empezó el partido con un susto para el Atlético. Doumbia aprovechó la relajación colchonera para poner pronto en peligro el 0-0 inicial. Oblak evitó el tanto visitante y el susto despertó a sus compañeros, que buscaron a partir de entonces la portería rival.
Eso sí, no fueron muchas las ocasiones de las que gozó el Atlético durante los primeros 45 minutos. La mejor de ellas la tuvo Koke al filo del descanso con un zapatazo que se estrelló contra el travesaño. Salvó la madera a un Iraizoz que no podía hacer nada para salvar semejante trallazo.
En la segunda parte el Atlético dio un paso adelante. Buscó con más ahínco la portería del Girona, pero los de Eusebio aprovechaban cualquier mínima ocasión para plantarse delante de Oblak.
Pero la recompensa del gol cayó en el lado local gracias a un Vitolo que revolucionó el encuentro. Un disparo suyo cayó tras el rechace de Iraizoz en la cabeza de Godín, que sólo tuvo que empujarla. El gol fue anulado de primeras, pero el VAR concedió el tanto al no estar Griezmann en fuera de juego.
Fue el propio jugador francés el que cerró el partido en un claro mano a mano en el tiempo añadido para batir con una vaselina a Iraizoz. Así, el Atlético sacó los tres puntos en un competido partido en el que muchos de sus jugadores no estuvieron muy finos.
Revisa aquí los puntos del partido y del resto de la jornada 30.
El jefe del equipo volvió a decantar un partido que se había complicado muchísimo. Marcó su gol número 27 con la elástica del conjunto colchonero y demostró que no tiene sustituto en la zaga atlética.
Se desfondó como siempre y aportó esa verticalidad y visión de juego que tanto necesita el Atlético. Le faltó el premio del gol o de la asistencia, pero su trabajo y buen hacer es difílcimente incuestionable.
Lo hizo muy bien el delantero del Girona. Tenía la difícil misión de hacer olvidar a Stuani, y lo dio todo para conseguir. Estuvo cerca del gol en varias ocasiones, pero se tuvo que conformar con darle un dolor de cabeza a la defensa colchonera.
Mal partido del delantero. Desacertado en casi todo lo que hizo. Además, desperdició varios buenos balones para poder marcar y romper el empate a cero inicial.
De los peores partidos que se le recuerdan en los últimos tiempos. Acusó el cansancio de una larga temporada y Simeone lo cambió nada más comenzó la segunda parte.