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El Atleti ha sacado tres puntos de oro ante el Alavés, un rival muy rocoso con un estilo de juego muy similar al de los colchoneros.
La primera mitad estuvo marcada por la intensidad de ambos equipos. La presión que hacían sobre el rival provocaban muchas imprecisiones, repartiéndose la posesión sin mucho peligro. Prácticamente no tuvimos ocasiones claras, pero hay que destacar una de Saúl que se marchó por poco.
La segunda parte siguió el mismo guión, aunque el Atlético monopolizó el balón sin ningún tipo de peligro. Ninguno de los dos equipos dejaba espacios y era complicadísimo superar el entramado defensivo que proponían Simeone y Abelardo. Una gran internada por la derecha de Vrsaljko le puso en bandeja el gol aFernando Torres, que sólo tuvo que empujarla. Esa jugada marcó las diferencias en un partido al que le faltó fútbol.
Dio con la tecla cuando nadie podía traspasar la muralla rival. Simeone tiró del ídolo colchonero para cambiar la dinámica del partido, que se estaba haciendo pesado y cumplió con creces. Presionó, atacó los espacios y consiguió el gol de la victoria.
El factor diferencial en la medular la puso Gabi. El capitán robó una gran cantidad de balones y los circuló con mucho criterio. Ha oxigenado muy bien al equipo y sus labores en defensa fueron claves.
Siempre pasa algo cuando tiene el balón, se ofrece cuando su equipo sufre y hoy lo agradeció. Usó todos sus recursos aunque no pudo crear peligro en la meta de Oblak
No fue el partido del ghanés. No estuvo nada acertado en la primera parte y Simeone lo sustituyó al descanso para dar entrada a Correa.
Es demasiado individualista y sigue sin marcar diferencias. Complicado que recupere el puesto en el once en un equipo que necesita su mejor versión, ya que tiene escasa profundidad ofensiva.