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Barça y Levante se enfrentaban en el Camp Nou con objetivos muy dispares. Aunque ambos buscaban mantener su colchón y dar un paso más hacia sus objetivos, los de Valverde se encuentran en una posición mucho más cómoda.
En el re-debut de Dembelé, el Barça planteó una disposición basada en la sobrecarga de la banda derecha y en la solidez defensiva. A partir de ahí trato de presentar un equipo sólido por medio de las asociaciones en una medular muy poblada. Leo Messi, Luis Suárez, Paulinho, Sergi Roberto y Jordi Alba fueron los nombres propios del partido.
Mientras, el Levante UD se presentó en el Camp Nou con muchas bajas sensibles en el XI titular. Muñiz trató de anular la creación de juego culé a base de músculo e intensidad. Pero poco pudo hacer ante una delantera rival muy enchufada. En la parcela ofensiva apenas lograron poner en apuros a Ter Stegen.
El crack azulgrana volvió a marcar diferencia. Su incidencia en el juego fue decisiva. Su gol dinamitó el planteamiento granota y sacó petróleo de cada balón que llegaba a sus botas.
Con todo el carril izquierdo para el solo fue el contrapeso a la sobrecarga blaugrana en el lado derecho. Suya fue la asistencia del gol de Messi.
Fue el encargado de terminar con lo que quedaba del Levante. Su espectacular volea sentenció el partido. Además dejó solo a Paulinho para que rematara a placer y cerrara la goleada.
Su exceso de ímpetu en el inicio le jugó una mala pasada: vio la amarilla en el primer cuarto de hora de partido. A partir de ahí tuvo que medirse en cada acción y eso afectó a su incidencia en el partido.
Tuvo muy poca incidencia en el juego en un partido que se jugó en la banda contraria. Además, estuvo muy vigilado por los defensores granotas.